Prevención del estrés
El estrés físico es aquel que no permite que la persona se desempeñe correctamente por cambios en el ambiente o en la rutina diaria. Esto puede llegar a entorpecer el funcionamiento de los sentidos, la circulación y respiración. Si el estres físico se prolonga, puede dañar gravemente la salud o empeorar cualquier situación delicada que ya se tenga, mientras que el estres psiquico es aquel causado por las exigencias que se hace la persona a cumplir en un lapso de tiempo determinado. El cumplimiento de horarios, tareas y oficios donde lo que se exija es mayor a las capacidades de la persona, provoca la aparición del estrés que, lejos de mejorar el rendimiento de la persona, lo empeora y elimina todo sentido de la auto-superación.
Desde el punto de vista nutricional, el estrés disminuye la efectividad del sistema digestivo, habiendo hay distintas estrategias que ayudan a superar sus efectos fisiológicos. Una de ellas se basa en una dieta sana y equilibrada.
Alimentos que colaboran en la mejora del estrés
- Incrementar el consumo de alimentos crudos (fruta fresca, verduras, hortalizas, etc.), que suponen un aporte de vitaminas, minerales y flavonoides
- Los nutrientes claves para el estrés son los que contribuyen al correcto funcionamiento de las glándulas adrenales.
Nutrientes claves para combatir el estrés
- Coenzima I (NADH)
- Coenzima Q10 (protege a la mitocondria del estrés oxidativo)
- Es recomendable ingerir estas sustancias en pequeñas cantidades, a intervalos regulares, para prevenir los problemas de acidez, ayudar a una correcta digestión y mantener un valor regular de glucosa en sangre. Por otra parte, conviene evitar la ingesta de determinados elementos que pueden ser potenciadores de los efectos negativos del estrés.
Productos que hay que evitar para combatir el estrés
- Edulcorantes artificiales, conservantes y aditivos
- Bebidas carbonatadas
- Azúcar blanco y productos elaborados con harinas refinadas
- Otros (chocolate, fritos, carne roja, etc.)
También es aconsejable evitar la cafeína, ya que causa depresión, nerviosismo e insomnio. De la misma forma, es recomendable evitar el consumo de alcohol, ya que incrementa la actividad de las glándulas adrenales e interfiere con el adecuado funcionamiento del cerebro en un nivel bioquímico. El desarrollo de buenos hábitos alimentarios que condicionan el estado nutricional del individuo constituye una medida aconsejable para la prevención del estrés. Las demandas energéticas que actualmente recibimos de nuestro entorno determinan la necesidad de tener un equilibrio energético adecuado para responder a esas demandas y para no desarrollar problemas carenciales.
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