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Sincronía y Diacronía en Política

“Si los dirigentes políticos no se percatan de la excepcional significación y de la extraordinaria oportunidad que esta situación representa y no aportan sinceramente toda su colaboración para ese acuerdo, estarían asumiendo la inmensa responsabilidad de las soluciones de fuerza, que pudieran surgir si este estado de cosas se prolongara peligrosamente”

Arturo Uslar Pietri, 1992…

“Necio es pretender resultados diferentes haciendo las mismas cosas”

Albert Einstein

«Creo que en Venezuela se plantean desafíos que quizás no son claramente percibidos por los estudios de opinión, pero son los más apremiantes. Para asumirlos se requieren políticos de convicción, no de plastilina.»

Aníbal Romero

Vivimos muy malos tiempos en el mundo y muy especialmente en el país. La calesita histórica nos retrotrajo a las épocas de los totalitarismos y arbitrariedades convocadas por una pérdida de valores fundamentales para la sobrevivencia y cultivo de una especie en ascenso. Hoy importa más la apariencia y la figuración que la solidaridad, la decencia y la honestidad. La mentira y la estratagema son moneda corriente en los intercambios, especialmente en política y economía. Lo “políticamente correcto” no correlaciona con los valores trascendentes y espirituales propios del ascenso sino con el ventajismo frente a un “otro” despreciado, indiferente o temido. No hay escapatoria: Los líderes, tanto aquellos políticos como financiero-económicos, se miran el ombligo antes de atender cualquier encuentro en pos del mantenimiento y evolución del planeta, donde somos precisamente los humanos los encargados de velar por él y su futuro.

En este clima relacional destacan y dominan aquellos capaces de analizar los comportamientos desde una perspectiva sistémica, donde toman en consideración los eventos en sí –sincronía, se llama en el estudio formal- como sus orígenes y desarrollo –diacronía en el argot científico-; destacando los grandes controladores sociales cuando son capaces de revertir una tendencia con sus intervenciones. Indudablemente un campeón en estas lides es Fidel Castro, capaz de voltear cualquier encuesta al idear las salidas más insólitas mediante el análisis diacrónico del porvenir, en manos, y sólo en manos, de la creatividad y riesgo calculado de sus recomendaciones y órdenes. Basta con recordar el caso de “los marielitos” (si no lo recuerdas o simplemente te estás enterando puedes buscar hasta en Wikipedia; googlealo, pues) para reconocer cómo es capaz de sacarle punta a una bola de billar. Tener en cuenta que Fidel es el principal asesor (¿nada más?) del gobierno venezolano nos espolea a escribir estas líneas.

Mientras la oposición se alegra, entristece o desespera por las encuestas que van apareciendo (pura sincronía), el gobierno observa las tendencias y fabrica respuestas que revierten los resultados concretos diarios que surgen de los intercambios entre las partes, en el evolucionar del país (diacronía-sincronía).  Por ello, la relación entre victorias y derrotas va a favor del gobierno 20 a 1. De seguir esta tendencia, preparémonos a desaparecer…